Capítulo 13

¿Es cosa del destino? En este caso, creo que más bien ha sido cosa de mi madre. Me he levantado bastante tarde. Tenía mucho sueño porque anoche me costó dormirme. Normal. Los besos con Justin, la pillada a Chaz, el enfado de Alice… Todo pasó muy deprisa y de una forma inesperada. Demasiadas cosas en mi cabeza. Por mucho que le ordenaba a mi mente que descansara, ésta era incapaz de relajarse. Ni contando ovejitas, ni escuchando música tranquila… Nada. Imposible. Me dormí cerca de las cuatro de la madrugada. Así que hasta las once y media no me he levantado.

Estaba desayunando a la vez que veía a mi madre demaisado contenta, más de lo normal

-Mamá, que contenta te veo

-¿Sí?

-Si, ¿que ocurre?

-Es que he invitado a Pattie

-¿Quien?

-La vecina. La señora Bieber Mallette. Creo que tiene un hijo de tu edad que va contigo.

-La madre de Justin

-Si creo que ese era el nombre del chaval. La he invitado a ella y a Jeremy - ¿Mi suegra? Suena muy raro llamarla así. Soy muy joven para tener suegras. Sin embargo, si empiezo a salir con él, esa señora se convertirá en eso. ¿No?

-El caso es que las dos conversamos y decidimos que hoy comeríamos las familias juntas. ¡Día de paella en el jardín!- Por un momento, pensé en que esto podría parecer la típica comida familiar planeada entre los padres del novio y de la novia. Pero cuando Pattie y mi madre hablaron ni siquiera nos habíamos besado. ¡Qué casualidad! Justo el día después de liarnos, ya tenía que comer con su familia. Raro, ¿no? A decir verdad, tampoco era tan mala idea. Podría volver a estar con Adrián. Aunque no sabía exactamente cómo comportarme. Después de lo de ayer, ¿éramos novios? Lo estuve pensando el resto de la mañana. Y sólo estaba segura de una cosa: fuéramos lo que fuéramos, mis padres y los suyos no podían enterarse de nada. Cuando sonó el timbre de mi casa, me puse muy nerviosa. Mi madre me gritó que abriera y yo corrí hasta la puerta, no sin antes tropezar con una doblez de la alfombra y casi estrellarme de cabeza contra el suelo. ¡Qué torpe! Por esto, cuando abrí, estaba colorada, una vez más, como un tomate. ¡Con lo mona que me había puesto! Había sacado del armario un vestido precioso, morado, que me llega por encima de las rodillas. Tal vez un poco fresco para la época del año en la que estamos. ¡Pero para gustar hay que sufrir! Justin estaba muy guapo. Vestido totalmente con unos vaqueros caídos , una camiseta blanca y una chaqueta de cuero azul eléctrica y como no, sus supras de color dorado. Me sonrió al verme y me dio dos besos, el segundo de ellos un pelín más largo. Luego, su madre y su padre agarrados de dos niños, un niño de 1 año y una niña de 5, que me saludaron con mucha efusividad. Qué simpáticos. Mis padres llegaron enseguida y los besos y abrazos se prolongaron. Los seis salimos al jardín. ¿Por qué siempre son los hombres los que preparan la paella de los domingos? Es una ley no escrita que se cumple una vez tras otra. Así que mi padre, Justin y Jeremy, su padre, se pusieron manos a la obra. Mientras, mi madre, Pattie y yo nos encargamos del resto de cosas. Y entonces comenzó el bombardeo de preguntas. -¿Cómo te va en clase?

-Bueno la verdad es que no soy demasiado mala, excepto las matemáticas, no las entiendo muy bien

-Ummm... eso está bastante bien. ¿Qué quieres estudiar cuando seas mayor?

-Pues la verdad es que siempre me ha gustado bastante el periodismo

-Periodismo, vaya. ¿Que clase de periodismo?

-Musical, aunque jamás sería uno de esos paparazzi... los odio

-Justin le encanta la música. Sabe tocar el piano, la guitarra, la bateria y un poco la trompeta

-Vaya, no tenía ni idea- estaba impresionada. Tenía un don para la música

-Y dime Cashey, ¿no hay ningún chico que te guste? - Mi madre y yo nos miramos antes de contestar. ¿Qué le decía yo a esta buena mujer? ¡Y delante de mi madre! Dudé, tartamudeé

-No. No hay ningún chico que me gustara- Creo que nadie me creyó. Además, mis mejillas me delataban. Pero al menos, en esta ocasión, me libré.

El interrogatorio terminó porque los hombres nos llamaron: la comida estaba lista. Me senté junto a Justin. Era lo que llevaba esperando desde que llegaron. Había planteado inventarme cualquier excusa para que subiera a mi habitación. Pero hubiera sido gastar un cartucho demasiado pronto. Así que me aguanté las ganas de estar a solas con él. Teníamos que hablar. Pero aún no era el momento adecuado. Es muy extraño estar al lado de la persona que te gusta y hacer como si nada. Nos rozamos un par de veces con los brazos y nuestras manos coincidieron por casualidad en la cestita de mimbre del pan. Fue un momento muy especial. Aunque parezca poca cosa, el simple contacto con sus dedos me puso nerviosa y me provocó escalofríos. En ese instante, me entraron unas ganas enormes de besarle. Y creo que a él también le pasó. Pero nos contuvimos.

----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Bueno como podeis ver, he hecho bastante largo el capítulo. Me ha decepcionado bastante que no comentarais y he decidido subir por aquellas personas que si comentaron. Por favor si quereis que haga maraton voy a necesitar que me comenteis 5 veces en el blog, en el tuenti o en google+. Si podeis tmbn me gustaria que valorarais la novela en la encuesta.

Un besazo enorme, Noelia(la autora)