Capítulo 5


A mis 17 años, estoy viviendo una etapa en la que cada día me doy cuenta de que todo es posible y que cualquier cosa puede pasar. Han terminado las fiestas navideñas. No han estado mal del todo. Muchas reuniones familiares, comida abundante y algún que otro regalito. También demasiado tiempo libre que me ha servido para pensar, aunque por lo visto, no se me da muy bien. Porque he hecho justo lo contrario a lo que había decidido. Planes navideños: no meterme en más líos, pasar de los chicos y arreglarlo con Alice. Mi amiga no me llamó estos días. Ni un comentario en el Twitter, ni en el Facebook, ni nada de nada. Así que cuando las clases empezaron otra vez, seguía enfadada conmigo. Y no me sentía nada bien por ello. 



Sin embargo, ayer nos encontramos en el cuarto de baño del instituto. Fue por casualidad. Nos mirábamos de reojo la una a la otra a través del espejo, indecisas, serias, hasta que ella sonrió. Luego sonreí yo y, por arte de magia, terminamos abrazadas y derramando alguna que otra lagrimilla. Nos pedimos perdón y salimos juntas al patio. Hablamos hasta que sonó de nuevo la campana y me contó algo increíble. ¡Qué ganas tenía de soltarlo! En las Navidades se había liado con… ¡Justin! Bueno, eso fue lo que dijo al principio. Luego se quedó en un beso y, finalmente, en un piquito. Pero ella estaba muy contenta. El día antes de Reyes, mi amiga fue de compras con su madre a buscar los regalos de última hora. Y resulta que se lo encontró en un centro comercial. No estaba con nadie. Al menos, en ese momento. Se puso muy nerviosa y fue corriendo a saludarlo. El chico parece que también se alegró de verla y estuvieron un rato a solas. Los dos pasearon por los callejones de la sección de juguetes mientras la madre de Alice decidía qué comprarle a sus sobrinos. Hablaron de varias cosas, sin demasiada importancia. Ella estaba encantada y, mientras me lo contaba, se le iluminaban los ojos. Entonces, cuando se despidieron, a la hora de darse dos besos, Alice se atrevió a acercar los labios a los suyos. Tanto, que terminó dándole un pico. ¡Increíble! ¿No? Tengo que ser sincera. Cuando Ali me habló de su encuentro con Justin, sentí un cosquilleo por dentro bastante incómodo. Y sí, me puse un poquito de mal humor. Sólo un poquito. Pero bueno, si mi amiga y el chico nuevo estaban juntos y comenzaban a salir, genial. Era como debía ser. Todo en su sitio. A ella le gustaba muchísimo, y a él… ¿qué pensaría de aquel beso… mini beso?
Alice no ha estado con nosotros en el recreo. Tenía que acabar un examen de recuperación. Así que Justin y yo nos hemos sentado solos al sol, que lucía por fin después de unos días en los que no ha parado de llover y de nevar. Cuando lo miraba, apenas escuchaba lo que me decía. No me podía quitar de la cabeza el beso que le había robado mi amiga. ¡Y me daba un poco de rabia! ¿Por qué? 
Durante las vacaciones de Navidad he llegado a la conclusión de que Justin tal vez me guste un poquito. ¡Casi nada! Pero también he descubierto que Chaz, mi ex, seguía despertando algo en mí. Así que lo mejor era pasar de los dos. Sin embargo, fue oír lo del beso y… En fin. Tenía mucha curiosidad por saber qué pensaba él sobre el asunto. Por lo que directamente se lo he preguntado. ¿Que no tenía derecho? Posiblemente, no. Pero me ha salido de esa manera. No me he podido aguantar. Además, los dos son mis amigos. Quería tener las cosas claras y averiguar lo que realmente hay entre ellos.
-Ese beso no significó nada. A Alice sólo la quiero como a una amiga – esa fue lo que me acaba de responder Justin.
Asiento con la cabeza y, luego, un largo silencio. Pensaba que quizá no era del todo sincero. O que tal vez es de esos chicos a los que no les gusta hablar de su vida personal. Pero siento un gran alivio por dentro. Como cuando te dicen la nota de un examen aprobado del que no estabas segura si lo habías suspendido. Sin embargo, las confesiones de Justin no habían terminado. ¿Cómo puede tener unos ojos tan bonitos? Con el sol iluminándolos eran aún más encantadores. Embobada, prestaba atención a lo que me tenía que decir. Estaba inquieto. Y no me miraba directamente cuando hablaba. -La verdad es que te pareces mucho a mi ex. Sois como dos gotas de agua
-¿En serio? -Se me puso una cara de tonta! Mis mejillas sonrosadas ardían como nunca. Pero, ¿qué pretendía decir exactamente con eso? ¿Que me quería?
-Si eres clavadita. Se llamaba Caitlin
Me quedé con las ganas de saberlo porque en esos momentos llegó Alice tarareando una canción de Coldplay y se sentó con nosotros.
-Hola chicos, ¿qué tal?
-Bien, ¿qué tal el examen? - le preguntó Justin
-Buf no lo recupero ni de coña
¡Qué mala pata, en el momento más interesante de la conversación! Justin me estaba mirando a mí y no a ella. ¡Me moría por saber más cosas!

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