Capítulo 10

Me sentía utilizada. Mi amiga sólo me había llamado para que la ayudara a ligarse a un tío que, curiosamente, también me gustaba a mí. Uff.

-Pero porque necesitas que esté yo ya eres mayorcita para hacerlo tú sola- la miré y me di cuenta de lo borde que acababa de ser- lo siento, no quería sonar borde

-Tranquila tienes razón, pero es que no sé como actuar con él y tenía miedo de que si tú no venías se negara él - resoplé. La entendía. Aunque no por eso dejaba de estar molesta. Sin embargo, traté de serenarme y le di un abrazo.

Casi se pone a llorar

-Lo siento- pobrecilla. Me daba pena verla así.

Alice es mi mejor amiga y, aunque a veces haga cosas con las que no estoy de acuerdo, la quiero mucho. Un tío no debía ser un obstáculo entre ambas. Sin embargo, aquel chico nuevo en la ciudad había logrado crear, sin quererlo, un conflicto tras otro entre las dos. Justin llegó poco después cargado con tres grandes bolsas de palomitas. Me fijé bien en él. ¿Qué tenía para gustarnos tanto a Alice y a mí hasta el punto de habernos enfrentado? Estaba claro,. Tenía una sonrisa que embobaba con cada sonrisa, unos ojos color miel caramelo hechizantes y un pelo que te daban ganas de jugar con él. Además de muchísima personalidad

-Bueno aquí estan las palomitas señoritas

-Gracias Just- acababa de llamarlo Just, eso no es nada propio de mí.

Cruzamos miradas y sentí un escalofrío. Sonrió y yo, como una tonta, le sonreí. ¿Era una señal de paz? La sala del cine estaba ya a oscuras cuando entramos. La película no había empezado pero sí los trailers previos. Nuestra fila era la úndecima. Justin se sentó en la butaca del centro y nosotras, cada una a un lado. Alice a su izquierda y yo a la derecha. Entonces se me pasó por la cabeza algo. ¿Y si mi amiga decidía que aquel era el momento para lanzarse? No lo creía posible, pero rezaba para que no se liaran delante de mí. No presté atención al principio de la película. Sólo escuchaba el ruido de las palomitas y el sorbo de los refrescos. Estaba muy tensa y me negaba a mirar hacia mi izquierda, aunque me moría de curiosidad por saber si Alice había dado un paso adelante, cogiéndole la mano o apoyando la cabeza en su hombro. Si eso era así, lo siguiente podrían ser besos. ¡Me estaba volviendo loca! Así que cerré y abrí los ojos un par de veces con fuerza, suspiré e intenté concentrarme en la pantalla. Lo logré durante unos minutos hasta que… La sala permanecía en silencio, salvo por una parejita que se besuqueaba cinco filas delante de nosotros. Eran besos demasiado escandalosos. Además, a ella se le escapaba alguna que otra risa bastante imprudente. No me había dado cuenta hasta entonces, pero aquella chica me resultaba familiar… Pero no solo la chica me parecía ciertamente familiar.

De repente, se giró porque alguien le estaba llamando la atención y la vi. ¡Susanna! ¡Qué coincidencia! Pero la casualidad no acababa ahí. Mi sorpresa fue aún mayor cuando el chico con el que estaba también se dio la vuelta y observé que con el que se estaba liando la tía más buena de mi clase era… Chaz. No pude contenerme. Me levanté de mi asiento y bajé hasta la fila seis. Ellos no me vieron hasta que puse una mano en el hombro de mi ex novio para llamar su atención. Chaz me miró estupefacto

-Cashey...yo- no le dió tiempo a terminar porque recibió un gran tortazo en plena cara acompañado de un insulto por mi parte.

Me hice daño en la mano, pero más dañado tenía el corazón. Salí corriendo. Quería huir de allí. Me sentía engañada y humillada. Sin decir nada a mis amigos, me marché del cine. Las lágrimas bañaban mis ojos y mis mejillas. Estaba tan enfadada que no me percaté de que el semáforo estaba en rojo. Iba a cruzar, pero entonces sentí como una mano me agarró con fuerza por la camiseta y tiró de mí hacia la acera. Abrí los ojos y me di cuenta estaba cautiva en los brazos de Justin que me miraba con dulzura. ¡Me quedé hipnotizada! No podía separar mis ojos de los suyos. Y sin pronunciar ni una sola palabra, caía al suelo de rodillas y el cayó conmigo. Descargué toda mi rabia en un llanto amargo y profundo. Lloré y lloré. Justin me sujetó delicadamente la barbilla, alzó mi cabeza hacia el frente y me besó con pasión en los labios. Todo eso, delante de Chaz y de Alice que también habían salido en mi busca…